Dios no tiene favoritos, Dios tiene íntimos, esa es la frase que le escuche a un reconocido salmista y adorador. He de confesar que esa frase me conmovió grandemente, pensar que lo que Dios busca no son niños o niñas consentidas y caprichosas que andan en búsqueda de su propio provecho, en cambio Dios busca gente que lo prefiera a Él más que a nada.
La biblia nos relata como Jesús le dijo a una mujer llamada Marta que su hermana María había escogido la mejor parte, la cual era estar en relación cercana con Él, y atenta a su presencia. María se había sentado a los pies de Jesús a escuchar sus enseñanzas, mientras que Marta se afanaba con las tareas de la casa. Jesús no dijo que hacer los oficios de la casa fuese inapropiado, o mantener limpio y ordenado tuviese ningún valor, desde luego que no. Lo que Él dijo a Marta es que en la vida hay dos partes: los quehaceres diarios de la vida natural, la rutina y el trabajo y la otra parte es el reposo y la búsqueda de Dios. María escogió la mejor parte, la de estar a los pies del maestro, ella acepto tener una cita con Dios. No podríamos dejar todas nuestras responsabilidades para vivir solo en citas, pero eso es lo que hace una cita, un tiempo apartado dentro de los quehaceres diarios. Un momento especial, a solas, un momento de paz, de quietud y de reposo.
Haz como hábito tener tu cita diaria con Dios. Una mujer que sabe cultivar el tiempo de intimidad con Dios, será muy productiva en sus labores diarias, porque busca primero el Reino de Dios y entonces todo le será añadido. Dios está anhelando mujeres quienes buscan primero de su presencia para luego abundar el resto de su quehacer. Dios quiere tener una cita contigo, y ¿tú?
“Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia,
y todas estas cosas os serán añadidas.”
y todas estas cosas os serán añadidas.”
Mateo 6:33
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