Vivir con los pies
sobre la tierra, requiere humildad y la humildad no es fácil de conseguir.
Mientras más popular y más acceso a recursos
tiene una persona, más escasa será la humildad. Pero las mujeres que conquistan
la humildad y la hacen su aliada tendrán muchas más posibilidades de tener
éxito en la vida. La Biblia enfatiza que
la soberbia y la altivez solo traen deshonra, pero los humildes reciben gracia,
sabiduría y exaltación. Las
consecuencias de la humildad siempre serán el éxito y el reconocimiento. Por estos resultados tan provechosos de la
humildad, todas las mujeres deberíamos trabajar en desarrollar la humildad, y a
pesar de lo que cueste, aprender a ser mujeres humildes.
Descubrir algunas características de la
humildad ayudará a una persona a cultivar la humildad:
1. Reconoce que no siempre tiene la razón, que algunas veces también podría equivocarse como cualquier otro ser humano.
2. Se preocupa genuinamente por los demás, pregunta cómo se sientes los otros, antes de contar como se siente ella misma.
3. Celebra los logros de otros, está contenta con ver a otros crecer y desarrollarse, aun si se trata de su mismo campo laboral.
4. Reconoce la buena voluntad de Dios sobre su vida, no se afana por destacar por sí misma, espera el tiempo de Dios cuando Él le exaltará.
Una mujer humilde aprende a depender de Dios en todas las áreas de su vida, viviendo en plenitud. Confía en que Dios tiene su vida en sus manos y que pronto las promesas de Dios se cumplirán, confía en que Dios defiende su causa y que nada pasa si no es por la extraordinaria voluntad de Dios. Debido a esta fe del día a día, una mujer está más preparada para la vida, sin afán, en descanso y quietud con toda humildad disfrutar de cada día!
1. Reconoce que no siempre tiene la razón, que algunas veces también podría equivocarse como cualquier otro ser humano.
2. Se preocupa genuinamente por los demás, pregunta cómo se sientes los otros, antes de contar como se siente ella misma.
3. Celebra los logros de otros, está contenta con ver a otros crecer y desarrollarse, aun si se trata de su mismo campo laboral.
4. Reconoce la buena voluntad de Dios sobre su vida, no se afana por destacar por sí misma, espera el tiempo de Dios cuando Él le exaltará.
Una mujer humilde aprende a depender de Dios en todas las áreas de su vida, viviendo en plenitud. Confía en que Dios tiene su vida en sus manos y que pronto las promesas de Dios se cumplirán, confía en que Dios defiende su causa y que nada pasa si no es por la extraordinaria voluntad de Dios. Debido a esta fe del día a día, una mujer está más preparada para la vida, sin afán, en descanso y quietud con toda humildad disfrutar de cada día!
“Pero él da
mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los
humildes.” Santiago 4:6
