Ser emprendedora
requiere ser esforzada, atrevida y perseverante. Cualidades que muchas mujeres tienen, solo necesitan tomar la
decisión para lanzarse a un emprendimiento que les haga ser más
productivas. En la Biblia se nos relata
la vida de muchas mujeres que además de cuidar su hogar, se dedicaban a tareas
productivas, mujeres que no se conformaban con su situación de escases y
penurias sino que se lanzaron a la aventura de emprender cosas nuevas. La vida de Ruth nuera de Noemí es un caso ejemplar,
esta joven deja su familia para vivir en un lugar desconocido, no contaba con
recursos ni familia que la sostuviera.
Ruth no se conformó, ella sale a
los campos a recoger espigas, a trabajar para traer sustento a su casa. El espíritu que tenía Ruth era de mujer
esforzada, se levantó sacudiéndose la tristeza, la baja autoestima y la
nostalgia de estar en otro país viuda y sin familia. Simplemente se levantó atrevidamente a
emprender y luchar por su sobrevivencia y su bienestar. La misma situación de la mujer virtuosa de
Proverbios 31, donde se nos describe la receta completa para ser emprendedora y
tener éxito. Ser esforzada y armarse de
valor son la clave para atreverse a emprender y perseverar hasta alcanzar las
metas. Es por eso que la fuerza es
necesaria para persistir, un modo de aumentar las fuerzas es trabajando duro; la
mujer que no trabaja y no hace cosas extras en su vida, se acomoda y se
conforma, se vuelve perezosa y pasmada.
Cuando alguien siente que tiene mucho trabajo es cuando debe redoblar sus
fuerzas, la mejor forma de renovar las fuerzas es yendo a la Palabra de Dios,
la Palabra le guiara a toda verdad y le refrescara, porque reconocerá no va sus
propias fuerzas sino en el poder sobrenatural de Dios!
“Ciñe de fuerza sus lomos y esfuerza sus
brazos. Ve que van bien sus negocios; su lámpara no se apaga de noche.” Proverbios 31:17
