lunes, 9 de octubre de 2017

MUJERES UNGIDAS


La unción aparta  algo o a alguien para un uso especial, una persona que tiene la unción ha sido consagrada para manifestar la presencia de Dios en su vida.   En la Biblia en el Antiguo Testamento se ungía con aceite a los sacerdotes y a los reyes, porque habrían de cumplir un propósito específico, de igual modo en el Nuevo Testamento es la unción del Espíritu Santo que nos sella.  La llenura de la presencia de Dios trae poder en la vida de una persona, es la misma presencia del Espíritu Santo actuando en las cosas comunes y triviales de la vida. 


Una mujer ungida, sabrá que decir en un momento de dificultad, tendrá la certeza de actuar bajo estrés. La Biblia dice en Hebreos 1:9 “Has amado la justicia, y aborrecido la maldad, Por lo cual, te ungió Dios, el Dios tuyo, con óleo de alegría más que a tus compañeros.”  Es necesario reconocer que la unción equipa para compartir el evangelio a otros, y volverse un siervo de Dios que entrega todo lo que tiene para la obra del ministerio. Una mujer ungida deja fluir el poder del Espíritu Santo, y puede moverse en esa unción por siempre. Una mujer ungida puede moverse en diferentes ambientes, aun en el mundo contaminado, y seguir teniendo la convicción de la presencia fresca y cercana del Espíritu Santo.   

Isaías en su capítulo 61 dice claramente que el Espíritu esta sobre él, porque lo ha ungido para…  y empieza a listar todas aquellas cosas para la cuales Dios lo ungió.  Las mujeres ungidas no requieren más que la convicción de que Él está obrando en  su propia vida y a través de su vida.  Esto es la unción, el fluir activo del Espíritu Santo en la vida de una persona, la cual se manifiesta en acciones, consagración y dependencia total del Señor.

“Pero la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe” 1a. Juan 2:27