Las mujeres
necesitamos renovarnos día a día, el cuerpo físico al igual que el espiritual
necesita ser refrescado y renovado. Por eso el cuerpo mismo necesita descansar,
cada cierto tiempo es necesario desacelerar y refrescar. No podemos esperar hasta el nuevo año para
renovarnos, el proceso de renovación es al final de la carrera, antes de
iniciar algo nuevo. Para muchas el año
ha sido difícil, los pies se han empolvado y las manos se han endurecido un
poco más, es tiempo de sentarnos y visualizar lo que Dios nos ha dado durante
este año.
La biblia dice que “lámpara es
a mis pies tu palabra”, la lámpara sirve para examinar, botar lo que ya no es
útil y tomar lo que te será necesario para continuar en un nuevo periodo. Revisa tus logros, las perdidas y los sin sabores,
haz un balance y comprobaras que no todo fue en balance negativo, que hubo más
ganancias y adiciones. La palabra de
Dios es el aliento que necesitas para ser renovada, es como agua refrescante
que te anima y te desafía a continuar.
La
biblia nos relata como Dios renovaba a su pueblo resumiendo su paso por el
desierto “Y te afligió, y te hizo tener
hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la
habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, más de
todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.” Deuteronomio 8:3 El
paso por el desierto, el hambre, la sed, el temor, la persecución solo fueron
adversidades para experimentar el cuidado y la protección de Dios. Él Señor les mostro que la palabra de Dios es
suficiente para sostener la vida y enfrentar cualquier situación. Su palabra es suficiente para alimentarte y
prepararte para continuar en tu camino refrescada y renovada.
“Por tanto,
no desmayamos; antes, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el
interior no obstante se renueva de día en día.” 2ª Corintios 4:16