La transformación es el
resultado de la disposición y la exposición.
Mientras más dispuestos a ser moldeados por
Dios estemos y más nos expongamos a Su presencia, más transformación podremos
experimentar en nuestra vida.
Transformación es el proceso en el cual ocurre un cambio que trae mejora,
que agrega valor y aumenta la habilidad de sobresalir. Ser transformada implica convertirse en
alguien nuevo, en una mejor persona, es obtener una promoción y un
ascenso. Cuando nos exponemos
continuamente a la presencia de Dios, y escudriñamos Su palabra, es como pasar
por un rayo láser que dibuja Su forma en nosotras. Detalle a detalle Dios va
poniendo de su imagen en la tuya, como un artista que dibuja sobre una roca, la
palabra de Dios nos dice que es como ver en un espejo la gloria de Dios, la
cual va moldeando tu vida, transformándola de gloria en gloria. La transformación trae un refrescamiento y
una revolución a la vida. Toda mujer se
quedará impresionada de verse cómo era, y en quien se ha convertido, toda mujer
deberá pasar por el espejo de la gloria de Dios y dejarse transformar de gloria
en gloria, hasta llegar a convertirse en ¡una mujer transformada! “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.”
2ª. Corintios 3:18
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