Pensar como Dios
piensa, produce grandeza. Cuando Dios llama
a su pueblo, Su promesa fue puesta sobre el, cuando Dios te llama a ser su
hija, Su promesa es puesta sobre ti. Es
difícil imaginar las grandes cosas que Dios puede hacer, porque estamos
distraídas con el día a día, tratando de sobrevivir en una selva de papeles,
pagos, trámites, correos electrónicos, llamadas y WhatsApp. En un mundo así, cada vez nos vemos más
pequeñas e insignificantes. Dios te ve
grande, aunque tú te veas pequeño. Los
10 espías que fueron enviados a explorar la tierra regresaron con un mensaje
que decía la tierra es buena, los planes de Dios son buenos, pero nosotros
somos como unas langostas. Sin embargo,
hubo dos espías que, si le creyeron a Dios, dijeron es verdad que estamos en
desventaja, es verdad que no fuimos a la universidad, quizás es cierto que no
tengo la pinta de ser grande, pero si Dios lo dijo, yo no voy a temer sino
avanzaré hacia el cumplimiento de la promesa de Dios en mí y me convertiré en
una persona que piensa como Dios piensa, en una mujer que piensa en grande.
“Y haré de
ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás
bendición.”
Génesis 12:2