martes, 17 de junio de 2014

MADRES GUERRERAS

Madres Guerreras mayo 2014.jpgLas madres de todas las especies animales tienen por instinto un mecanismo de lucha y protección por sus crías.  Puedes ver imágenes de cómo los animales hembras de diferentes especies arriesgan su vida por defender a sus  crías, es como tener incorporado un chip de defensa por su descendencia.   Este sistema de defensa  tiene la finalidad de preservar la vida de dicha especie.  Es impresionante ver a un antílope pelear contra un grupo grande de hienas feroces,  que arremeten contra la cría pequeñita de la hembra antílope,  o un puma hembra pelear contra un oso tres veces su tamaño cuando  ataca su cría. Los animales arriesgan su vida por defender a sus crías,  no piensan en su comodidad,  no se conforman con ver como el adversario es tan grande y temerario por lo cual decir “mi causa está perdida, mejor huyo, abandonando a mi cría” No, nunca dirían eso.  No importa lo imposible que sea su causa,  la meta es sobrevivir ella y su cría.   Los seres humanos somos iguales, no nos vayan a tocar a nuestros hijos porque sacamos las armas que tengamos para defenderles.  Somos por instinto Madres Guerreras, como los animales.  La diferencia está en las armas que usamos para defender a nuestros hijos e  hijas. Si tenemos armas carnales y humanas en nuestro arsenal esas usaremos,  pero si tenemos armas espirituales y  poderosas en Dios, esas armas son nuestro mejor recurso para obtener la victoria. A las madres no les importa arriesgar su vida misma por proteger a su descendencia.  Sin embargo hay madres que se cansan de luchar y orar por sus hijos,  se debilitan y  claudican en su empresa de defender y proteger.  Por la falta de fe, corren el peligro que se les debiliten las manos y dejen  de ser madres guerreras.Una de las consecuencias de alejarse de Dios es que las manos se cansen de interceder y velar por sus hijos, como lo describe la Palabra de Dios, en Deuteronomio 28:32 “Tus hijos y tus hijas serán entregados a otro pueblo, y tus ojos lo verán, y desfallecerán por ellos todo el día; y no habrá fuerza en tu mano.”    Lo cual indica que no es suficiente suspirar por un hijo que se marchó de casa, o que le va mal en la escuela, o que no ve la provisión de Dios,  suspirar y desear  no basta.  Quejarse y angustiarse tampoco son efectivos,  lo único que puede traer esperanza es fortalecerte en Dios, guerrear y pararte en la brecha por la vida de tus hijos e hijas.   Dios está levantando madres que se arriesguen,  madres diligentes,  madres valientes que guerreen y peleen la batalla en los ambientes espirituales, para mudar los cielos a favor de sus hijos e hijas.   La debilidad y el desánimo,  serán siempre un oponente diario,  mientras que la obediencia a Dios y la búsqueda continua de  Dios te llevaran a creer en Sus promesas,  eso animará tu fe y te fortalecerán para que cumplas con tu papel de madre que protege y defiende.  Dios te llama a clamar de día y de noche por la vida de tus hijos e hijas,  te llama a ser esforzada  y atrevida,  a ser una madre guerrera que sabe usar las armas que Dios te ha provisto: la oración, el ayuno, y la Palabra de Dios.   Atrévete a ser valiente, atrévete  a ser  una Madre de Guerra que sabe el poder que  hay en el nombre de Jesús y va segura a obtener la victoria!

“Levántate, da voces en la noche, al comenzar las vigilias; Derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor; Alza tus manos a él implorando la vida de tus pequeñitos.” Lamentaciones 2:19

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