Una vida victoriosa requiere del poder
de Dios. Toda mujer en su sano juicio
anhela vivir en victoria, por lo tanto hará lo que sea necesario para que su
vida florezca, alcance metas, tenga bienestar y paz. Dios nos ha dado el poder para tener eso y
más. Dios nos ha dado el poder para vivir una vida sobrenatural. Dios nos ha dado
el poder para obtener la victoria en medio de circunstancias adversas, las
mejores victorias se obtienen en las más recias batallas. La palabra de Dios nos dice en Hechos 1:8
“pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu
Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo
último de la tierra.” El poder de Dios
se recibe en nuestras vidas a través del Espíritu Santo que viene sobre
nosotros. El Espíritu Santo de Dios obrando en nuestras vidas es quien nos
habilita para vivir una vida de victoria, una vida de continuo éxito. Sin embargo el fundamento de una vida de poder
es el entendimiento que tenemos sobre la fuente de poder, depende de la convicción que tengamos de que el
poder que obra en nosotros, no es nuestro poder sino El poder de Dios. Por los siglos la humanidad padece de ansias desmedidas de poder en todas las esferas sociales, todos y
todas quieren poder, poder para conquistar, poder para obtener, poder para
dominar y mandar, poder para ser alguien.
Pero la palabra de Dios dice que recibiremos poder “para ser testigos”, el poder de Dios esta accesible a cada una de
nosotras, pero no tiene el propósito de corrompernos, tiene el propósito de hacernos vivir en
dependencia. Mucha gente se jacta de
tener el poder de Dios, por el hecho de tener de Su Espíritu en su vida, pero se les olvida que el poder Dios no es
para volvernos prepotentes y dominantes, sino para hacernos absolutamente
dependientes. Quien busca el poder de Dios para enseñorearse de
otros en realidad corrompe el propósito del poder de Dios. Dios nos da de su poder, deposita en nosotros
el tesoro de Su Espíritu Santo, con el
propósito de que vivamos cada día dependiendo de Él. Debemos reconocer que hay poder fluyendo en
nuestras vidas, pero es un poder que
fluye como a Dios le place, Dios
deposita su poder en nosotros para que vivamos dependiendo cada día de Él. Vivir una vida de poder y ser una mujer de poder, es vivir una vida dependiente de un Dios, quien
es Todo Poderoso. Recibir el poder de
Dios es una decisión del diario vivir, todas las mujeres podemos tener el poder
para vivir y vivir bien, si tan solo
dejamos que Espíritu Santo nos llene. Nos
llenamos de Su poder cada día, activábamos una vida de poder que viene del
continuo llenarnos de Su Espíritu Santo.
Mujer es tiempo de llenarte del Espíritu de Dios quien traerá a tu vida
el poder para vencer en cualquier circunstancia que estés viviendo. Llénate del poder de Dios!
“Jehová dará poder a su pueblo; Jehová bendecirá a su pueblo con paz.”
Salmos 29:11
Tema: Mujeres de Poder
Fecha: Sábado 19 Marzo 2016
Hora: 8:00 AM
Lugar: Hotel Casa Blanca 5a. Avenida Sur # 13, La Antigua Guatemala
Conferencista: Dra. Elizabeth Bocaletti
Hora: 8:00 AM
Lugar: Hotel Casa Blanca 5a. Avenida Sur # 13, La Antigua Guatemala
Conferencista: Dra. Elizabeth Bocaletti
Costo: Q 40.00
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